INGREDIENTES: todas las caballas que puedas pescar, pimienta negra en grano, sal, laurel, aceite de oliva virgen extra, ¼ cebolla, 80 grs pimiento morrón o del piquillo asado.
PREVIO.- Creo que tengo dicho hasta el hartazgo que empecé a cocinar para huir del estrés y que aún sigo en ello. Es muy cierto. Pero si hay otra actividad que consigue evadir mi mente por completo, es la pesca. El problema es que no tengo ni idea de cómo se hace, por lo que procuro dejarme llevar por un amigo que sepa y ya está. Por lo general, suelo salir a pescar con mi gran amigo Fernando García de Lucchi en su “Rula” que flota en el Puerto Deportivo de Benalmádena, aunque es oriunda del Pantano de Entrepeñas. Me encanta!!, aunque no podrás evitar que tu mujer te mire con cara de: “vaya, vamos a estar comiendo caballa todo el verano…”

PRIMERO.- Bueno, pues cuando ya estás en casa, toca limpiarlo. Usa las tijeras del pescado (mi madre las llamaba así) y córtales la cabeza. Luego corta desde el orificio de la cloaca, toda la panza hasta arriba y sácale las tripas bajo el grifo con cuidado para que no se rompan y deja bien limpia la cavidad abdominal.

SEGUNDO.- Una vez limpio el pescado, pon agua a hervir en una cazuela, échale un buen par de puñados de sal, dos hojas de laurel y un chorrito pequeño de aceite de oliva. Cuando alcance el hervor, déjalo así durante tres o cuatro minutos para que la sal se disuelva bien y tanto el laurel como el aceite dejen cada uno su aroma.
TERCERO.- Vamos echando los pescados de pocos en pocos para no romper el hervor o hacerlo durante el menor tiempo posible. Ya sabéis que mis tiempos son a ojo pero hablamos de muy poco. Estarán cocidas cuando las pinchemos con un tenedor y se las atraviese sin dificultad, pero no creo que sean más de 3 minutos. Ponerlas en una fuente y esperar a que se enfríen.

CUARTO.-Abordamos ahora un trabajo de detalle que requiere cierta paciencia. Hemos de sacar los lomos del pescado quitándoles la piel y todas las espinas. La única forma es hacerlo a mano para que no se nos cuele ninguna. Es importante además que los lomos salgan lo más enteros posible.

QUINTO.- Una vez estemos seguros de que no quedan espinas, los colocaremos con cuidado en un recipiente con aceite de oliva virgen extra, unos cuantos granos de pimienta negra y unas rodajas de limón.


SEXTO.- Servir en un plato con cebolla cruda en trozos pequeños, tiras de pimiento asado y un poco de su aceite. Hazte unas tostas y a disfrutar. Y sin no quieres liarte más, tómalo solo con el aceite. La humilde caballa es un pescado azul exquisito y lleno de propiedades, especialmente cardiosaludables. H0812/R2302