FILETES RUSOS

INGREDIENTES: 1 kg de carne picada 75% ternera y 25% cerdo, 2 huevos, 2 dientes de ajo, perejil fresco, vino blanco, salsa de soja, mostaza, tomate frito, pimienta negra molida, nuez moscada, aceite de oliva virgen extra, pan rallado y sal.

image

PREVIO.- Hace ya veintitantos años que empecé a escribir las recetas de los platos tradicionales que se hacían en mi casa sólo para que no se me olvidaran. Nada especial; únicamente los clásicos de casi todas las casa españolas de los años 60 y 70. Y de entre todos ellos, yo creo que los filetes rusos eran uno de los fijos cada semana, junto a los bacaladitos, la carne asada y la tortilla de patatas. No tienen ninguna complicación, pero no podían faltar y ya estaban tardando… no obstante, verás que para hacerlos hoy, me complico un poco la vida, pero es por pura afición.

PRIMERO.- Si queremos simplificar el concepto, diremos que los filetes rusos son carne picada, empanada y frita… pero la clave del éxito de un plato tan sencillo está en el aliño de la carne, así que vamos a empezar por machacar en el mortero los ajos y el perejil con un poco de sal para que no resbale. Hay que conseguir una pasta verdosa, sin trocitos.

SEGUNDO.- Si tu mortero es grande, sigue con él y si no, échalo en un bowl de cristal con fondo ovalado para que no tenga esquinas ni ángulos. Echa los huevos y remueve bien hasta que haga todo cuerpo.

image

TERCERO.- Ahora vamos añadiendo todos los ingredientes menos la carne y el pan rallado, y mezclamos todo bien. Aviso: cuidado con los líquidos. Pon poquísima cantidad porque te quedaría una masa tan  blanda que te impediría su manipulación. Ve añadiendo la carne poco a poco y mezclándolo bien con el aliño hasta haberlo echado todo. Si tienes tiempo, déjalo macerar un par de horas como mínimo, pero si no, continúa.
CUARTO.- Dependiendo de si, a pesar del aviso anterior, te ha quedado demasiado blando, puedes corregirlo a base de echar a la carne pan rallado y moverlo bien. Verás como la amalgama se hace más sólida.

image
image

QUINTO.- Ahora  extiende papel de aluminio sobre la encimera y espolvorea sobre él un poco de harina para que la carne no se pegue. Embadúrnate las manos con aceite de oliva para manipular la carne y haz bolas de tamaño uniforme, aplastándolas sobre el papel dándole a los filetes forma redonda.

image

SEXTO.- Corta el papel de aluminio de forma que individualicemos cada filete. Prepara también un plato con pan rallado.
SÉPTIMO.- Toma cada filete de uno en uno, quítale el papel y échalo en el  plato de pan rallado. Rebózalos bien, sacude el exceso y colócalos en un plato uno encima de otro, poniendo entre cada uno el papel de aluminio que  acabamos de quitar. Evidentemente, esto no es preciso, pero es una buena técnica de manipulación que nos hará el trabajo más fácil y desde luego es óptima si queremos reservarlos para hacerlos más tarde o al día siguiente, o incluso congelarlos.

image
image

OCTAVO.- Tómalos también de uno en uno y  fríelos en una sartén con abundante aceite de oliva caliente y cuando estén dorados o algo tostados, sácalos a una fuente sobre papel absorbente para que escurra bien el exceso de aceite.  Están buenísimos tanto fríos como calientes. H1601

BOQUERONES FRITOS

INGREDIENTES: 1 kg boquerones frescos pequeños, harina de garbanzo, harina de trigo, aceite de girasol y sal.

image

PREVIO.- Freír es cocinar en aceite. Dicho así parece sencillo, pero aún en las playas de Málaga que son el paraíso del pescaíto frito no es nada fácil encontrar restaurantes donde frían  como Dios manda, es decir, suelto y crujiente por fuera y jugoso por dentro. Por mi parte, sería muy pretencioso y falso decir que yo sí lo hago, así que me limitaré a decir que con esta receta salen suficientemente “correctos”. Tres claves: secarlos muy bien, usar harina de garbanzo y aceite bien caliente.
PRIMERO.- Como siempre, el verdadero secreto está en el producto, y en Málaga los tenemos frescos y tiesos como velas prácticamente a diario y a un precio asequible. Yo creo que si es para fritura, cuanto más pequeños sean, mejor. Los grandes los dejamos para hacerlos en vinagre o abiertos al limón.
SEGUNDO.- Para limpiarlos, arráncales la cabeza y mete el dedo índice desde la misma cabeza hacia la cola abriéndole el abdomen y sacándole las tripas. Si son muy pequeños, ya verás que sólo con arrancarle la cabeza, las tripas saldrán con ella.

image
image

TERCERO.- Lávalos bien bajo el grifo con cuidado para no romperlos ni golpearlos mucho porque se reblandecen. Ponlos todos en un escurridor para que suelten todo el agua posible.

image

CUARTO.- Extiéndelos sobre la encimera y sécalos bien con papel de cocina. Este es el primer requisito importante para que queden sueltos.  Sálalos ahora.

QUINTO.-  El segundo requisito es la harina en la que los vamos a rebozar, que debe ser una mezcla al 50% de harina de trigo y de garbanzo. Rebózalos bien en la harina y échalos de pocos en pocos en un colador fino y sacúdelos lateralmente para que suelten el exceso de harina. Verás que quedan cubiertos por una fina capa y eso es debido a que estaban muy secos.

image
image

SEXTO.- Pon una sartén honda al fuego con aceite de girasol. Supongo que no todo el mundo estará de acuerdo pero yo, que soy un fiel defensor del aceite de oliva, creo que con el de girasol se fríe mejor el pescaíto. Cuando esté muy caliente el aceite, echa el pescado por tandas no muy abundantes para que la temperatura no se venga abajo. Al cabo de un par de minutos estarán ya fritos.

image

SÉPTIMO.- Sácalos con una espumadera, escúrrelos bien  y échalos en una fuente con papel de cocina para que absorba bien el aceite restante. Sírvelos con medio limón. H1601

MERLUZA A LA GALLEGA

INGREDIENTES: Merluza fresca en rodajas, 10 dientes de ajo, 3 patatas, aceite de oliva virgen extra, pimentón dulce, 4, perejil fresco,  3 hojas de laurel y sal.

PRIMERO.- Aunque casi sea una obviedad, la merluza tiene que ser muy fresca para que su carne sea prieta. Las rodajas deberán ser bastante gruesas, como de dos centímetros.   Colócalas sobre la encimera y sálalas por ambos lados.

SEGUNDO.- Pela las patatas y córtalas en rodajas gruesas. Échalas en una cazuela con agua y ponlas a hervir con media cebolla pelada, perejil fresco, unas gotitas de aceite de oliva virgen extra, dos hojas de laurel y un puñado de sal.

TERCERO.- Es importante que queden suaves y mantecosas;  en su punto justo de cocción, que lo alcanzarán cuando puedan ser suavemente atravesadas por un pincho de brocheta o un palillo de madera sin que se rompan. Sácalas del agua y enfríalas un poco bajo el grifo para detener la cocción. Reserva.

CUARTO.- Mientras cuecen las patatas, echa en una sartén 150 cc de aceite de oliva virgen extra y una hoja de laurel. Pon el fuego a baja temperatura para que vaya tomando el calor poco a poco, sin llegar a calentarse demasiado. Ahora añade los dientes de ajo cortados en láminas finas. Pretendemos que se doren muy despacio al tiempo que sueltan su jugo y aroma en el aceite, que no debe subir mucho de temperatura porque lo queremos crudo, no cocinado.

QUINTO.- Cuando el ajo esté dorado, echa una cucharada sopera de pimentón dulce, apaga el fuego y remueve para que no se queme. Si te gusta, puedes echar un poco de pimentón picante también. Cuestión de gustos, pero si la merluza es buena de verdad, creo que el picante va a mandar demasiado y tapará su sabor.

SEXTO.- Ahora  vamos echando las rodajas de merluza en el agua hirviendo en la que hemos cocido las patatas. Se hacen muy deprisa, en unos cuatro minutos, así que habrá que estar muy pendiente pinchándolas igual que hemos hecho con la patata y sacándolas en cuanto se las atraviese sin dificultad. Hazlas de pocas en pocas si es preciso para controlar bien el punto. Sácalas a un colador para que escurran el agua.

SÉPTIMO.- Para emplatar, coloca las rodajas de patata en un plato y pon encima la merluza. Añade un poquito de sal porque aunque pusimos al principio, al cocerla, no la toma demasiado. Riégalo por encima con la ajada de aceite y pimentón y a la mesa cuanto antes porque se enfría rápido. H1601/R2108

CARRILLERAS DE IBÉRICO EN SALSA

INGREDIENTES: 2 a 2,5 kg de carrilleras de cerdo ibérico, 2 pimientos rojos de asar, 2 puerros, 2 cebollas, 10 dientes de ajo, 6 zanahorias, 300 cc vino tinto, 1 paquete de aceitunas sevillanas sin hueso, 10 granos de pimienta negra enteros, pimienta negra molida, 1 clavo,  un chorrito de tomate frito, 300 cc caldo de carne o de pollo, 2 hojas de laurel, aceite de oliva virgen extra y sal.

PREVIO.- Si cierras la boca y  aprietas bien los dientes, notarás como se tensa un músculo situado en la parte más trasera de la cara, donde la mandíbula se une a la cabeza. Este músculo, en el moflete de la vaca o del cerdo, es lo que llamamos “carrillera”. Es una carne bastante dura que sólo nos permite estofarla, quedando una textura melosa. Como el morcillo, nunca ha sido una carne muy apreciada, pero bien guisada resulta exquisita, no yendo muy a la zaga del rabo de toro.

PRIMERO.- Hay que reconocer que si el carnicero no te las limpia bien, es un trabajito para el que debes armarte de paciencia, porque hay que hacerlo bien y no es cómodo. Necesitarás un cuchillo bien afilado y el asunto consiste en quitarle toda la grasa adiposa que tiene, así como esa telilla blanquecina tan dura que casi la envuelve. Es cuestión de maña y de práctica. Yo he comprobado que de 2,4 kg de carrilleras en bruto, he quitado grasa y desecho que ha pesado más de 400 gramos, con lo que me han quedado 2 kg netos en la cazuela.

SEGUNDO.- Salpimentarlas por ambos lados y echarlas todas en una bolsa de plástico (apta para uso alimentario). Este truquillo ya lo escribí hace años para aliñar las alitas al horno y resulta muy cómodo. Echa en la bolsa 2 cucharadas soperas de harina, cierra la bolsa y sacude todo como si fuera una maraca. A cabo de unos 20 segundos, abre la bolsa y verás que las carrilleras están perfectamente enharinadas y listas para el siguiente paso. Es rapidísimo, menos engorroso y mucho más limpio que el sistema tradicional de pasarlas una a una por el plato de harina, el cedazo, etc. 

TERCERO.- En la cazuela u olla donde las vayas a hacer, pon aceite de oliva virgen extra que cubra el fondo y cuando esté bien caliente, echa las carrilleras de una en una para que se doren. No pongas demasiadas a la vez para que no te baje la temperatura. Se trata de dorarlas rápidamente y que se haga esa costra de harina que selle el poro de la carne para que no pierda sus jugos. No las quemes, porque no conseguirás eliminar el aroma a quemado… Sácalas de la olla y resérvalas.

CUARTO.- En el mismo aceite de dorar la carne y echando algo más si fuera preciso, pon a pochar -por este orden- los puerros, las cebollas, los pimientos, los dientes de ajo pelados pero enteros, la zanahoria,  dos hojas de laurel el clavo y la pimienta en grano. Todo ello bien limpio, pelado y cortado en trozos no demasiado pequeños. Fuego fuerte al principio y lo bajamos al cabo de un par de minutos. Salpimenta ligeramente y remueve bien el fondo para incorporar al guiso la zurrapa dejada por la carne en la olla. Tápala y pon el fuego al mínimo removiendo de cuando en cuando.

QUINTO.- No queremos que la verdura reduzca demasiado su volumen porque es la base de la salsa, así que cuando esté tierna, subiremos el fuego y echaremos un chorro de tomate frito y  el vino tinto. Removemos bien y dejamos que evapore su alcohol y reduzca algo. Ahora echamos el caldo y rehogamos todo durante un par de minutos.

SEXTO.- Mete las aceitunas en una red de cocinar cerrada y échalas al guiso. Esto lo hacemos porque al final del proceso pasaremos la salsa por un pasapurés y de este modo no hay que quitar las aceitunas una a una. Y a este respecto, diré que las aceitunas combinan divinamente con cualquier guiso o estofado mediterráneo de estas características, pero es un ingrediente totalmente prescindible. Los que me conocéis, ya sabéis que las pongo  cada vez que puedo… es una manía personal que, por el momento, no estoy dispuesto a corregir…

SÉPTIMO.- Por último, incorpora la carne con cuidado para que no se pierda la costra dorada de harina ya que tendrá que ir soltándola poco a poco durante la cocción, espesando así la salsa. Procura que todas las carrilleras estén cubiertas, o casi cubiertas de líquido, tapa y mantén una cocción muy suave durante unas dos horas. Tantea el fondo de vez en cuando para confirmar que no se está pegando al fondo y a partir de la hora y media, empieza a probar hasta que la carne tenga una textura blanda, suave y melosa.
Si prefieres usar olla express (rápida), unos 25 minutos… pero no puedes ir tanteando y te arriesgas a que la harina te juegue una mala pasada pegándose al fondo y quemándose.

OCTAVO.- Pasa las carrilleras a una fuente; saca la red de aceitunas y vuélcalas sobre la carne; apaga el fuego; recupera las dos hojitas de laurel y échalas también a la fuente de la carne; pasa una cuchara o un cazo de forma muy superficial por la salsa para retirar el exceso de grasa que inevitablemente han soltado las carrilleras y que sólo contribuirá a una mala digestión y a sumar calorías innecesarias.

NOVENO.-  Bien, y ahora pasa la salsa por un chino o un pasapurés. Yo nunca uso la batidora porque te deja una salsa muy blanquecina y además, tritura todo demasiado. Siempre prefiero el pasapurés que deja una salsa más gruesa. La harina con la que doramos la carne hará que tengamos una salsa bien trabada, pero si no es así… pues ya sabes: tacita con agua fría donde disolveremos una cucharada de harina de maíz (Maizena, vaya!) y lo iremos echando por la salsa, al fuego y removiendo…

DÉCIMO.-   Como guarnición, pueden ser unas patatas fritas en cuadraditos, o un puré de patata muy espeso. Un buen vino tinto será el complemento perfecto. H1601/2108

ROLLITOS DE SALMÓN

INGREDIENTES:  3 Tortillas de trigo, 100 grs salmón ahumado, 100 grs gulas, 100 grs espinacas frescas, 100 grs queso blanco de untar.

image

PRIMERO.- Unta el queso sobre la tortillita de un modo más generoso que escaso pero deja sin untar 1 cm de la circunferencia exterior, porque al enrollarla rebosaría y nos impediría dejar del rollito bien cerrado.

image

SEGUNDO.- Coloca  las lonchas de salmón sobre la tortilla respetando también el borde exterior. Corta las lonchas si es preciso para adaptarlas al espacio que vaya quedando libre.

image

TERCERO.- Distribuye las gulas por toda la superficie encima del salmón. No pongas demasiadas pero que queden bien repartidas.

image

CUARTO.- Pica las espinacas en tiras o trozos pequeños y repártelas igualmente encima de todo, respetando como siempre los bordes. Las cantidades de todos los ingredientes deben ser moderadas para poder enrollar la tortilla.

QUINTO.- Ahora toma la tortilla por el borde con las dos manos y ve enrollándola lo más ceñido posible, es decir, que no tenga ninguna holgura. En cuanto hayas dado ya una vuelta, empieza a presionar todo. Da otro giro y presiona bien por toda su longitud, procurando que la presión sea uniforme y se vaya compactando bien sin que se rompa la tortilla y sin que se salgan los ingredientes por los dos extremos. Una vez hecho el rollito, pondremos el cierre hacia abajo y presionaremos de forma uniforme una vez más para terminar de compactar.

image
image
image

SEXTO.- Con mucho cuidado para que no se desbaraten, corta cada rollito en varios trozos de una anchura de unos 2,5 cm despreciando los extremos para que el corte sea similar en cada pieza.

image
image

SEPTIMO.- Colócalos todos en una fuente con el relleno hacia arriba procurando que no pierdan su compactación y se nos abran.  

VARIEDAD: Si sustituyes el salmón y las gulas por jamón de York o de pavo, te quedarán unos rollitos fantásticos para alternarlos con éstos. Otra opción es poner crema de roquefort, que le dará ese sabor tan especial. H1601

PATATAS REVOLCONAS

INGREDIENTES: 6 patatas grandes, 300 grs torreznos, 10 dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra, pimentón dulce y picante, pimienta negra molida, sal, 2 hojas de laurel.

image

PREVIO.- Las patatas revolconas vinieron a nuestra familia de la mano de la abuela Cefe y no porque las hiciera sino porque siempre hablaba de ellas como si estuvieran grabadas a fuego en su memoria desde que era una niña, allá por las tierras de Ávila. Lo cierto es que esta receta no se encontraba en su lista y  creo que me quedaré sin saber la razón, porque se lo acabo de preguntar y sólo me dice “pues no lo sé…”.  Se trata de una receta barata y energética que se hace por toda Castilla-León. En unos lugares ponen chorizo y en otros no, pero básicamente, la receta es idéntica.

PRIMERO.- Pela las patatas, córtalas en trozos no muy grandes y ponlas a cocer en agua con dos hojas de laurel y sal. Deben quedar un poco pasadas para que puedan deshacerse fácilmente. Una vez cocidas, quítale el agua de la cocción pero guarda un poco por si quisieras añadir algo para hacerlo menos denso.

image

SEGUNDO.-  Corta los torreznos en trozos pequeños y fríelos despacio sin aceite, es decir, con su propia grasa hasta que estén churruscados y crujientes. Si no encuentras torreznos, puedes usar panceta pero tendrás que tenerlo más tiempo en la sartén hasta que suelten toda esa grasa que es tan insana. No obstante, debo decir que la grasa en las recetas originales  va derechita a las patatas…, pero prefiero sacrificar sabor -que sin duda lo aporta- a cambio de salud y una digestión más razonable. Escúrrelos muy bien y resérvalos.

image
image

TERCERO.- Mientras se fríen los torreznos (y el chorizo, si has decidido ponerlo), echa los ajos cortados en láminas no muy finas en una sartén pequeña con aceite de oliva virgen extra y tenlos a fuego muy suave hasta que se doren. Hay que hacerlos a baja temperatura del aceite por tres razones: una, porque el ajo se quema enseguida y de esta forma no ocurrirá; dos, que al hacerlo lento y moviendo la sartén de vez en cuando, impregnaremos el aceite del sabor y el aroma del ajo; y tres, porque manteniendo el aceite de oliva a baja temperatura no se corrompe y conserva todo su sabor y la mayoría de sus propiedades, sin que tome gusto  a fritanga.

image

CUARTO.-  Una vez estén los ajos tiernos y dorados, echa una buena cucharada de pimentón dulce (y algo de picante, al gusto) y retira la sartén del fuego rápidamente para que no se queme. Remueve bien.

QUINTO.- Con la mano del mortero tendrás que ir aplastando las patatas y removiéndolas hasta que pierdan su forma. Añade ahora un poco de pimienta negra molida, el aceite con el pimentón y los ajos, y remueve nuevamente. Hay que hacerlo con cierta energía para que se impregne por todas partes. Nos irá quedando una especie de puré burdo de color anaranjado. Para mí, este es el momento de parar, aunque en muchos lugares lo mueven hasta que queda una textura finísima. Yo prefiero percibir la patata algo más entera.

image
image

SEXTO.- Sírvelo acompañado de unos trocitos de torrezno (y de chorizo, en su caso), sin mezclarlo con las patatas para que cada cual elija si tomarlo con una cosa, con la otra, con ambas o solas…  en Ávila no ponen chorizo. H1601

ROSCON DE NATA

INGREDIENTES: Toma la lista de ingredientes de mi receta de roscón de reyes y añade  1 brick de nata para montar de 35,1% M.G. de 500 cc para una cantidad moderada, y dos bricks si te gusta abundante. 6 cucharadas de azúcar por cada 500 cc de nata.

image

PREVIO.- El roscón de reyes, tal y como está detallado en la receta sale perfecto. Dulce, suave y esponjoso. Pero si te gustan rellenos de nata, sigue estas breves instrucciones y trabaja con delicadeza.

PRIMERO.- Una vez sacado del horno el roscón, usa una espátula y mucho cuidado para despegarlo completamente de la bandeja porque, aunque la hemos engrasado con mantequilla, el azúcar y restos de huevo habrán caído sobre ella y se habrán pegado.

SEGUNDO.-  Déjalo enfriar una hora como mínimo para que no esté tan blando y mientras tanto, mete en el congelador el vaso y las varillas con las que haremos la nata. Mete también los bricks (pero que no se te congelen). Deben estar muy, muy fríos para que monte bien. 

TERCERO.- Pásalo a una bandeja plana donde quepa bien, pero por su parte de atrás. La idea es que no esté en el fondo de ella sino elevado y sin bordes para poder cortar con comodidad.

image

CUARTO.- Ahora es cuando te la juegas. Usa un cuchillo lo más largo posible y ve cortándolo  por la mitad horizontalmente con mucho cuidado para no irte ni hacia arriba ni hacia abajo. Despacito, poco a poco hasta que hayas dado toda la vuelta.

QUINTO.- Toma otra bandeja lo más plana posible y colócala también boca abajo a ras de la parte baja del roscón de forma que con una mínima ayuda, vayas pasando la parte superior a esa bandeja sin que en ningún momento se quede sin suelo.

SEXTO.-  Pasa ahora la parte inferior a  donde vayas a presentarlo y reserva.

SÉPTIMO.- Vamos con la nata. Habéis visto que me he referido en los ingredientes a una que tenga un porcentaje de  materia grasa de 35 o superior. Esto es fundamental.  Y el otro requisito, tal como ya he dicho, es que tanto la nata como todos los objetos que intervienen en el proceso estén lo más fríos posible. 

OCTAVO.- Montar la nata es cuestión de instrumentos y constancia. Yo lo hago con robot de cocina siguiendo las instrucciones del fabricante, pero si lo haces con varilla, es cuestión de batir  sin parar y procurando que entre aire. El azúcar hay que echarlo poco a poco, sin dejar de batir. A veces es desesperanzador, pero sigue porque sale. Y -muy importante- no te pases batiendo una vez ya montada porque en un pis pas deja de ser nata montada y se convierte en mantequilla.

NOVENO.- Coloca la sorpresa envuelta en un film de cocina. Pasa toda la nata a una manga pastelera y repártela por toda la superficie de la parte inferior del roscón.

image
image
image
image

DÉCIMO.- Ya solo queda tomar la bandeja sobre la que hemos colocado la parte superior e ir deslizándolo despacio sobre la nata para que quede perfectamente cuadrado con la inferior.

image
image

UNDÉCIMO.- Presiona muy ligeramente para que se compacte y consérvalo en la nevera porque aunque el frío hace que se reseque un poco, la nata debe estar siempre refrigerada.
Espero que os guste. Si no te ha salido bien esta vez, insiste porque vale la pena.
Lo subo hoy, 6 de enero de 2016, Día de Reyes. H1601

ATUN ENCEBOLLADO

INGREDIENTES: 1,5 kg atún rojo, 4 cebollas, 6 dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra, 150 cc Jerez seco (o fino de Moriles),  sal, pimienta negra molida, vinagre de jerez, harina, perejil y laurel.

image

PRIMERO.- Cortar el atún en tacos, como de 2x2x2 cm aproximadamente y procurar que la piel esté limpia y libre de escamas.

image

SEGUNDO.- Salpimenta el pescado, pon al fuego una sartén honda o cazuela de fondo amplio con aceite de oliva y dora a fuego intenso los tacos de atún por dos lados opuestos. El atún debe tomarse muy poco hecho para no perder sus jugos así que al dorarlo por dos lados opuestos, podemos controlar su punto de cocción a través de los restantes ya que iremos viendo cómo va perdiendo su color rojo a medida que se va haciendo. Por supuesto, esto va en gustos, pero procura hacerlo muy poquito. Una vez dorados todos los tacos, los sacamos y los reservamos.

image
image

TERCERO.- Pela las cebollas y córtalas en aros gruesos. Haz láminas también gorditas con los dientes de ajo y ponlo todo a rehogar con una hoja de laurel en una sartén honda con aceite de oliva. Salpimenta ligeramente, que luego rectificaremos.

image

CUARTO.-  Fuego fuerte al principio mientras removemos para que todo se impregne de aceite. A cabo de un par de minutos baja el fuego y déjalo a medio gas. Queremos que la cebolla tome ese tono moreno pero sin que se queme y sin que pierda mucha agua ni reduzca demasiado su volumen. Añade un poco de perejil picado.
QUINTO.- Esperaremos a que la cebolla esté tierna  y sin esperar demasiado para que no pierda volumen, echaremos media cucharada de harina  y removeremos para que no se hagan grumos.  En un par de minutos se habrá tostado un poco y habrá perdido su sabor a crudo.

image
image

SEXTO.- Subiremos momentáneamente el fuego y echaremos un chorro de vinagre de Jerez, removiendo para que evapore un poco. Ahora haremos lo mismo con el vino y removeremos para que la harina vaya trabando la salsa un poco. Mantén un hervor suave durante unos cinco minutos. Si hubiera reducido demasiado, añade un poquito de agua, prueba y rectifica de sal.
SÉPTIMO.- Cuando tengamos la salsa lista, apagamos el fuego y, sin retirarlo del foco de calor residual, echamos los tacos de atún y  para que se templen y lo servimos cuanto antes para que no se haga demasiado. Añade también el jugo que habrá soltado durante la espera.
Perderá enseguida su color rosado en el exterior pero lo mantendrá por dentro, conservando sus jugos. H1601