PATATAS BRAVAS

INGREDIENTES: 6 patatas, 2 cebollas, 4 tomates maduros, seis dientes de ajo, 2 cayenas, laurel, pimentón dulce y picante, azafrán, 1 cucharadita de azúcar, sal, vinagre de vino y aceite de oliva virgen extra.

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1) Vamos a empezar por la salsa que es lo que más tiempo nos va a ocupar. Pelamos y cortamos los ajos y las cebollas en trozos gruesos. Lo ponemos a pochar con laurel, dos cayenas y sal en una sartén grande con aceite de oliva virgen extra. Bajad el fuego y tapad porque queremos que se haga muy despacio, sin que tome color.

2) Le haremos una pequeña cruz  a los tomates  con una puntilla en la parte opuesta a la rama y los escaldaremos un par de minutos. Pelarlos y triturarlos.

3) Mientas tanto, pelaremos las patatas y las cortaremos en trozos de un tamaño que nos quepa en la boca.

4) Cuando la cebolla y el ajo estén listos, rescataremos las dos cayenas que echaremos en una cazuela con agua y sal para poner a cocer las patatas. Es muy importante que queden cocidas pero en ningún caso blandas. No queremos que se nos deshagan. Una vez hechas y si fuera preciso, pásalas bajo el grifo en lluvia fina sobre un colador para que dejen de hacerse. Desechar las cayenas y reservar.

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5) En la sartén de la cebolla, echaremos una cucharada de pimentón dulce y media de picante. La salsa brava tiene que llevar picante, pero la intensidad es lo que podemos dejar al gusto de cada uno. Como he explicado en el punto anterior, yo opto por desechar las cayenas. Tal vez otros prefieran dejarlas.  Remover bien para que no se nos queme el pimentón y tras unos treinta segundos podremos echar el tomate. Subir el fuego hasta que recupere el hervor y luego mantenerlo bajo y tapado porque salpica.
6) Añadiremos el azafrán (o en barato, un poco de colorante) y una cucharadita de azúcar para neutralizar la acidez del tomate.  Remover frecuentemente para que se fría por igual y para que no se nos pegue a la sartén. Es difícil saber cuándo está frito el tomate aunque a modo orientativo, diría que se oscurece un poco la intensidad del rojo y evapora su jugo, por lo que estará mucho más pastoso.
7) Cuando veamos  -o intuyamos- que está ya, subiremos el fuego, echaremos un chorro generoso de vinagre, removeremos y apagaremos el fuego al cabo de un minuto. Muy importante: rescata y desecha el laurel y ahora vuelca el contenido de la sartén en un vaso apropiado y bate a conciencia hasta que quede una salsa de aspecto suave y mucho más clara que lo que teníamos en la sartén.
8) Calienta la freidora a máxima temperatura y fríe las patatas hasta que cojan un color dorado. No deben estar mucho tiempo porque se impregnarían de aceite innecesariamente y, sobre todo, porque ya están cocidas. Sólo pretendemos que se forme una costra crujiente en el exterior y que  queden suaves por dentro. Echar un poco de salsa por encima, dejar enfriar y a la mesa.

Publicado por

cocinaamibola

Sabores mediterráneos. La cocina española más clásica y sencilla. Ni deconstruimos, ni esferificamos. Nada de miniaturas en platos gigantes.

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