INGREDIENTES: 1 patata grande, 1 ó 2 huevos, jamón ibérico, aceite de oliva virgen extra y sal.

PRIMERO.- Pela la patata y rállala en virutas pequeñas con el robot de cocina o con una mandolina en su accesorio más fino. Salar muy moderadamente.

SEGUNDO.- Usa una sartén antiadherente que tenga un diámetro en su fondo de no más de 15 cm. Echa aceite abundante y fríe las patatas a fuego medio alto. Procura que queden distribuidas de forma regular por todo el fondo y que no tenga un grosor de más de 2 cm.


TERCERO.- Pretendemos que los hilos de patata se entrelacen entre ellos, apelmazándose ligeramente. Repito: sólo ligeramente. La idea es que la fritura haga un todo con el contenido de la sartén formando una sola pieza y podamos darlo la vuelta como si fuera una tortilla. Que se dore ligeramente, pero que no se arrebate porque se quedaría muy duro. Sácalo a un plato con papel absorbente para que escurra bien el aceite.


CUARTO.- Pásalo a un plato limpio y distribuye lascas de jamón ibérico por toda su superficie. Pero si no es ibérico, tampoco nos pongamos estupendos… y que cada uno ponga lo que pueda.


QUINTO.- En esa sartén y en ese mismo aceite, bajando un poco el calor, freiremos el huevo procurando no hacerlo demasiado y que en ningún caso se cuaje la yema.

SEXTO.- Colócalo con cuidado sobre el nido de patata rallada, pon más jamón por encima y llévalo a la mesa.

Una vez allí, rompe la yema y deja que se mezcle con la patata súper crujiente. Créeme que está de lujo… H1712/R2106