ALBONDIGAS DE BERENJENA Y CALABACIN

INGREDIENTES: Para 24 unidades grandes: 6 berenjenas, 4 calabacines, 1 cebolla grande, aceite de oliva, pimienta negra molida, sal, harina de garbanzo, 1 ó 2 huevos.

PRIMERO.- Vamos a empezar por asar la verdura, así que lava las berenjenas y los calabacines, sécalos y córtalos longitudinalmente. A partir de este momento, sigue las indicaciones que te doy en la receta de berenjenas rellenas I y ásalos en dos bandejas durante unos 25 a 30 minutos con el horno a 180ºC, calor arriba y abajo con circulación de aire.  

SEGUNDO.- Mientras se asa la verdura, pela y pica una cebolla grande o dos pequeñas y ponlo a pochar en una sartén grande (donde luego nos quepa todo) con un poco de aceite de oliva. Deja que se tueste un poco porque aportará un sabor muy agradable al resultado. Cuando esté hecha, apaga el fuego y reserva.

TERCERO.- Una vez asada la verdura, corta el calabacín en trozos no muy grandes y colócalo todo en un colador sobre un bol para que escurra. Presiona con las manos para que elimine el muchísimo jugo que soltará y, por favor, no vayas a tirarlo. Comprobarás que tras varias presiones, seguirá “manando” jugo. Pues insiste porque necesitamos que esté lo más seco posible.

CUARTO.- Utiliza una cuchara sopera para ayudarte a vaciar la pulpa de las berenjenas. En esta ocasión no vamos a utilizar su piel porque resultaría muy áspera, pero apura bien para no dejarte nada de carne unida a ella.

QUINTO.- Una vez tengas toda la pulpa separada de las pieles, córtala también, aunque de un modo grosero. Se trata de evitar trozos demasiado largos, que nos molestarán al formar las albóndigas. Y ahora, sigue el mismo proceso que hemos hecho con el calabacín; es decir, al colador y a presionar todo lo necesario para que la pulpa quede muy seca.

SEXTO.- Cuando esté bien escurrida la verdura, mezcla todo en la sartén o cazuela, es decir, la berenjena con el calabacín y con la cebolla. Salpimienta y rehoga unos cinco minutillos para que se mezclen los sabores. Si hubiera soltado más jugo, vuelve a pasarlo por el colador y escurre. Mezcla los jugos resultantes de todas esas presiones y guarda o congela para otros usos. Es un caldo puro de verdura asada que le irá genial a multitud de guisos.

SÉPTIMO.- Toca darle forma a las albóndigas y eso es a mano. Ponte unos guantes y a ello. Toma un puñado y presiónalo bien para darle forma esférica y que quede bien compacta. Aún en este proceso seguirán soltando líquido. El tamaño de cada albóndiga lo dejo a tu gusto. A mí me gustan grandecitas.

OCTAVO.- Ahora ya sólo nos queda pasarlas por huevo batido y rebozarlas en harina de garbanzo, que es apta paraceliacos y además, quedan con una costra más crujiente.

NOVENO.- Fríelas en abundante aceite muy caliente para que no se rompan. Y a este respecto, un aviso: si entre tus comensales hay algún intolerante algluten, acuérdate de utilizar aceite limpio.

DÉCIMO.- Estas albóndigas congelan perfectamente, así que puedes aprovechar para hacer más cantidad. Puedes freírlas directamente sin descongelar, a no ser que sean grandes como las que yo he hecho, en cuyo caso, sácalas una media hora antes.

Como ya he dicho, esta receta es apta para celiacos, pero si ningún comensal padece esta intolerancia algluten, puedes utilizar harina común de trigo. H2301