INGREDIENTES: 400 gr garbanzos cocidos, 400 gr netos aguacate maduro, 3 dientes de ajo, 4 cucharadas soperas de Tahini, zumo de 1 limón y medio, 70 cc aceite de oliva virgen extra, ½ cucharadita comino molido, pimienta negra molida y sal.

PREVIO.- Ahora que está tan de moda la cocina de fusión, aprovecho para hacer esta receta, simple y sencilla, que no es sino adaptar un plato tan típico de la gastronomía de oriente medio (Israel, Líbano), como es el hummus, a un producto básico de la cocina caribeña, como es el aguacate.
PRIMERO.- Necesitaremos 400 gramos de garbanzos ya cocidos. Tú verás si te compensa ponerlos en remojo la víspera y cocerlos, o bien comprarlos ya cocidos. Los venden en envases de vidrio al vacío de una calidad magnífica y lo único que has de hacer es lavarlos muy bien para que desaparezca ese resabor que les da el agua salina en la que vienen conservados. Lávalos bien bajo el grifo y sumergiéndolos. Verás que al entrar en contacto con el agua del grifo, generan una espuma limpia y blanca. Lávalos hasta que no haya espuma.
SEGUNDO.- Echa en el vaso batidor los dientes de ajo y el zumo de un limón y medio. No importa que caigan restos de pulpa, pero asegúrate de que eliminas los pipos.
A continuación, vuelca los garbanzos y comienza a batir despacio, yendo de menos a más hasta que notes que la cuchilla trabaja en vacío porque la masa es tan espesa que no puede moverla. Déjalo en ese punto por ahora.


TERCERO.- Y vamos con los aguacates. No los hemos trabajado antes para evitar su rapidísima oxidación en cuanto entra su pulpa en contacto con el aire. Por tanto, manipúlalos sólo cuando vayas a procesarlos.

Yo he partido de 8 aguacates muy pequeños, de unos 85 gramos cada uno que, una vez eliminada la pulpa y los huesos, me ha quedado la cantidad neta pretendida de 400 gramos. Es importante que estén maduros, de una textura próxima al punto pomada. Córtalos por la mitad rodeando el hueso. Gira una mitad sobre la otra para separarlas. Introduce una cuchara sopera entre la cáscara y la piel y saldrá perfectamente. Clava el filo de un cuchillo en el hueso; haz un giro de cuarto de vuelta y éste saldrá perfectamente de su hueco. Vacía también esta otra mitad con la cuchara y añádelos troceados al vaso batidor.


CUARTO.- Agrega el resto de ingredientes, es decir, la pimienta negra molida, media cucharadita de comino molido, cuatro cucharadas de Tahini y sal.

Velocidad muy lenta para que la cuchilla no haga hueco y trabaje en vacío y mientras gira, vamos echando el aceite de oliva muy despacio desde arriba.
Es muy probable que tengas que removerlo ayudándote con la cuchara del robot (que te permite mover el contenido sin riesgo de que las cuchillas la intercepten). Ten paciencia hasta que todo sea una masa muy entera, pero ligeramente vaporosa. Podría recordar a la textura de una mousse de chocolate.

QUINTO.- Deja que enfríe un poco y sírvelo, eligiendo los acompañamientos, que pueden ser diversos. En Israel se sirve con pan de pita, pero puedes usar piquitos, zanahorias cortadas en palitos o -dada la fusión gastronómica- unos nachos le van de miedo para dipear. La receta no tiene gluten, pero estos acompañamientos, sí. En caso de que tengas un enfermo celíaco en tu mesa, usa piquitos y panes sin gluten o los nachos de maíz.
Disfruta de este aperitivo porque está exquisito, pero no te emociones demasiado porque es una bomba calórica. H2109