INGREDIENTES: Para 8 personas: fideos nº 4 (80 gr/comensal), 3 chorizos ibéricos frescos, 1 solomillo ibérico, 2 lonchas de bacon ahumado de 125 gr cada una, 300 gr aguja de ibérico, 80 gr jamón de cebo en taquitos o virutas, 200 gr sofrito o pisto envasado, 1,5 l. caldo de ave, pimienta negra molida y sal.

PREVIO.- Considero un verdadero lujo poder disfrutar del jamón ibérico, exclusivo de España. Nadie duda hoy día que la raza ibérica permite la elaboración de un jamón inigualable y codiciado en todo el mundo. Pero este animal nos ofrece la enorme variedad de productos que el cerdo de raza blanca (del que -se dice- se aprovechan hasta los andares…), sólo que con la calidad característica de esta raza. El precio del plato terminado, lógicamente, es mayor, pero tampoco es algo inalcanzable para la mayoría de la gente. No obstante, si lo haces con cerdo blanco, también estará estupendo.

PRIMERO.- Deja templar los chorizos fuera del frigorífico una hora antes de empezar. Usa una punta afilada para cortar longitudinalmente la tripa que los embute procurando separar toda la carne de ella. Puedes utilizar el filo para raspar horizontalmente al sentido de corte y arrastrar así la carne fuera de la piel. Mira las fotos. Desmenúzalo lo más posible y reserva.

SEGUNDO.- Le quitamos al bacon la mayor parte de su grasa blanca entreverada. No se trata de eliminarla en su totalidad, pero sí de retirar la mayor parte de las vetas gruesas y perfectamente separables, de la carne magra ahumada. Tanta grasa resultaría insana, excesiva e innecesaria, pues vamos a aportar al plato otros sabores muy complementarios. Corta la parte magra del bacon ahumado en taquitos no demasiado pequeños para que sean claramente perceptibles en un bocado, y reserva.
TERCERO.- Corta la pieza de aguja en trozos de un tamaño razonable para que quepan en la boca. Al cocinarse perderán volumen. Salpimenta y reserva. Y, por último, limpia el solomillo de grasa adiposa y córtalo en rodajas gruesas, como de 1’5 cm., salpimenta y reserva también.

CUARTO.- Pon a fuego lento una paella con capacidad bastante o hazlo en una sartén aparte y echa la carne del chorizo desmigada. Muévelo para que no se tueste, ya que sólo pretendemos que suelte despacio su grasa y se desgrane lo más posible. Retíralo a un recipiente y reserva.

QUINTO.- Echa ahora los taquitos de bacon y mantén un fuego bajo. Igualmente pretendemos que suelten el poquito de la grasa que hemos dejado y que se doren muy ligeramente. Retira y reserva.

SEXTO.- Es el turno de los trozos de aguja y estos sí nos interesa que se doren bien, de modo que sube el fuego. Ten en cuenta que aún tendrán que cocer unos minutos y se terminarán de hacer, así que tampoco los seques demasiado. Sería ideal que mantuvieran en su interior un tono rosado. Retira y reserva.

SÉPTIMO.- Y, por último, vamos a dorar los medallones de solomillo. Fuego intenso, algo de aceite de oliva y cuando esté caliente, vamos echando la carne para que tomen un bonito color dorado por ambos lados. Pero si en los trozos de aguja era importante no secarlos, en este caso es esencial para el buen resultado del plato. Vigila que no se hagan por dentro. No pierdas de vista el centro de cada pieza y asegúrate que lo sacas del fuego mientras esté la carne rosa. Reserva.

OCTAVO.- Pon a calentar el caldo en un cazo o en el microondas y aprovecha la zurrapa que ha quedado adherida a la paella y añádesela al caldo. Y ahora, vamos a utilizar la mínima grasa que habrá en el fondo de la paella para tostar el fideo. No añadas más porque no queremos freírlo, sin tostarlo. Por poca que haya, será bastante. Échalos todos en ella y, con el fuego muy bajo, remueve constantemente. Ten paciencia y en un par de minutos empezarás a percibir que los fideos van oscureciendo su aspecto porque empiezan a tostarse. No pares de remover, pues se queman rápido. Pero si lo mueves, terminarán por tomar un tono muy apetecible.



NOVENO.- Cuando consideres que tienen un buen tostado, echa el sofrito y mezcla rápidamente. Agrega el bacon, el chorizo y los trozos de aguja y mezcla todo de nuevo para que se distribuyan uniformemente por toda la superficie.


DÉCIMO.- Añade el 75% del caldo y llévalo a ebullición. Ponle sal teniendo en cuenta que tanto el caldo como los ingredientes ya llevan la suya. Asegúrate de que mantiene un hervor constante y uniforme durante todo el tiempo que el fabricante ha establecido para su cocción al dente y prueba hasta que tengan el punto que tú quieres, rectificando de sal si fuera preciso. Es muy probable que tengas que añadir algo más de caldo caliente si piensas que aún le falta cocción y ya está casi seco. Lo dejo a tu criterio.


UNDÉCIMO.- Cuando veas que le falta muy poco, distribuye uniformemente los medallones de solomillo y sube el fuego durante unos 30 segundos. Apaga y esparce por encima los trocitos de jamón ibérico o las virutas. Deja reposar dos minutillos y puedes llevarlo a la mesa. H2304