INGREDIENTES: Para 6 personas: 3 kg. de mejillones gallegos, 3 hojas de laurel, 4 limones, ½ vasito de vino blanco.

PRIMERO.- Se limpian bien los mejillones al chorro de agua poniendo especial cuidado en quitarle “las barbas” que son esos pelos como de esparto o estopa que salen del interior y que utilizan para adherirse a las rocas o a las bateas. Al tiempo que los limpiamos, y aprovechando que todos ellos están pasando por nuestras manos, haremos dos grupos según su tamaño si vieras que hay diferencias sensibles entre unos y otros.

SEGUNDO.- Los iremos echando por tandas en la olla o cazuela sin nada de agua. No pongas demasiados porque no podrás vigilarlos bien. Hazlos por tamaños para que abran más o menos al mismo tiempo. Solo contendrá el laurel, los propios mejillones y medio vasito de vino blanco. Desecharemos todos aquellos que -estando abiertos- no se cierren al presionarlos o que huelan mal.
TERCERO.- Tapa la olla (que si es de cristal transparente, mejor aun). Ponlo a máxima temperatura y verás que en pocos segundos empezará a llenarse de vapor y burbujas grandes. Si es preciso, levanta la tapa muy brevemente para comprobar que se están abriendo y que a continuación, se están cuajando (o solidificado). Ese será el momento de sacarlos, porque desde el momento en que estén ya sólidos, empezarán perder agua y a reducir su tamaño a gran velocidad hasta quedarse prácticamente en una miniatura. Tan sólo hay unos segundos entre el éxito y el fracaso. Puedes optar por hacerme caso o por comprobarlo por ti mismo.

CUARTO.- Quítales la valva vacía y coloca la otra con el mejillón en una fuente y sírvelo acompañados de gajos de limón. Recordarás que no pusimos agua, ¿verdad?. Pues todo ese líquido blanquecino es fruto de los mejillones, lo que significa que podrás congelarla y guardarla para hacer un arroz o cualquier guiso de pescado.

Y una advertencia final: es más frecuente de lo que podamos pensar que se deseche el mejillón cuya carne es de un color blanquecino o blanco sin más. Es una barbaridad y una soberana estupidez. El mejillón presenta una gran variedad de colores que van del rojo al blanco. Este color blanco se debe a su sexo, el macho, frente a los naranja intenso o rojo, que son las hembras. Incluso varían las tonalidades dependiendo de la estación del año, pero su sabor es idéntico. H0203/R1609/R2205.